En la CDMX hay más de
3 mil denuncias por ciberdelitos como acoso y pornografía, pero las autoridades
no tienen la facultad para cerrar sitios que suben materiales, como lo comprobó
un colaborador de EL UNIVERSAL al iniciar una denuncia.
La Policía de Ciberdelincuencia
Preventiva de la Ciudad de México, creada para vigilar y castigar los delitos
cometidos en la red, no tiene la capacidad de cerrar sitios en internet que
contengan videos tomados por debajo de las faldas de mujeres en lugares
públicos sin su consentimiento, o que registren el momento en el que se les
agrede al bajar su ropa interior al ir caminando por la calle, como sucedió con
la periodista Andrea Noel en marzo pasado.
Esta
es la respuesta que da a EL UNIVERSAL la institución que depende de la
Secretaría de Seguridad Pública capitalina, en seguimiento a la nota publicada
por este diario el pasado 30 de mayo, advirtiendo sobre la proliferación de
clubes bajacalzones en la CDMX.
Francisco
González, encargado de la Unidad de Denuncias de la Policía Cibernética de la
CDMX, dice a este diario que la dependencia está imposibilitada para actuar
contra sitios que contengan sharking (ataque tiburón: bajar la ropa interior de
las mujeres) o upskirt (grabar por debajo de sus faldas sin su consentimiento).
“Lo
que hacemos es que, luego de recibir material y recopilar denuncias, les
enviamos un correo (si aparece en el sitio web) con la información que juntamos
para recomendarles que eliminen dicho material”, dice González.
Explica
que además debe existir un número vasto de denuncias para que proceda la
recomendación, y que en caso de ser testigo de uno de estos abusos, se acuda a
un Ministerio Público a presentar una denuncia.
“Necesitamos
que sean varias denuncias para que tengan peso y se pueda hacer algo. Como tal,
nosotros no podemos cerrar un sitio, pero sí hacer la recomendación. Además,
este sitio tiene que tener antecedentes”, dijo.
Según
datos de la propia dependencia, hasta este año se han recibido más de 3 mil
denuncias, en su mayoría por acoso, fraudes, pornografía infantil, robo de
información, venta de armas, drogas y animales exóticos. Sin embargo, ni una
sola por sitios voyeur.
Octavio
Campos Ortiz, ex titular de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad
Pública de la CDMX, confirmó a EL UNIVERSAL que “no existen denuncias por este
tema específico [sharking]”.
Como
se publicó el 30 de mayo, los clubes bajacalzones,
es decir, de personas que se dedican a abusar de mujeres en las calles para
levantar sus faldas y bajar sus calzoncillos para luego subir el video a sitios
pornográficos en internet, están al alza.
Una
de las víctimas más notorias es la periodista estadounidense Andrea Noel, quien
en entrevista confirmó la posibilidad de que el video de su ataque circule en
sitios pornográficos.
En
foros públicos como VoyeurAzteca se comparten fotografías y videos
tomados por debajo de la falda de niñas y mujeres usuarias del Metro de la
Ciudad de México, en vestidores, baños y avenidas, sin su consentimiento.
Quien
escribe este reportaje intentó levantar una denuncia en contra de este sitio
web y de otros que fueron detectados con cientos de materiales de este tipo.
La
denuncia: ¿misión imposible?
El
gobierno mexicano creó una unidad especializada en delitos cibernéticos en
octubre de 2015, pero sólo sirve como “orientación”, según declaraciones de
funcionarios de dicha dependencia luego de dos llamadas de este diario para
levantar una denuncia.
La
querella se inicia con una llamada al número (55) 5242-5068, perteneciente a la
Policía Cibernética de la Ciudad de México. Se pidió
levantar una denuncia contra el sitio denominado voyeurazteca.com por contenido ilegal, como grabaciones
sin consentimiento de mujeres por debajo de sus faldas, además de contenidos de
pornografía infantil, ambos delitos penados por la ley.
En
el primer intento, el funcionario pide nombre, domicilio, edad y correo electrónico
del denunciante. Luego un relato sobre la denuncia, y al final solicita enviar
un mail con “la evidencia” recopilada a la
direcciónpolicia.cibernetica@ssp.df.gob.mx.
Durante
la segunda llamada se solicitan de igual manera los datos personales, un relato,
y al final que el denunciante acuda a la oficina del Ministerio Público más
próxima “con todas las evidencias” para levantar la denuncia.
“Nosotros
sólo lo orientamos, no tomamos denuncias. Acuda al MP llevando toda la
evidencia de esto que me está diciendo y el MP le pedirá a la Policía
Cibernética que dé seguimiento”, explica el funcionario.
La
denuncia en el MP se puede iniciar en línea con una solicitud de cita. Entonces
me envían un correo con los requisitos y la fecha de la cita en las oficinas de
la colonia Escandón. Al presentar las pruebas, que consistían en pantallazos
del sitio, me enviaron al correo el folio de denuncia. El funcionario de la
oficina explica que “hay una probabilidad muy amplia” de que mi denuncia “no
llegue a nada”, pues se requiere de varias quejas que sustenten el delito.
“Si
usted tiene más testigos, o puede traer a dos o tres personas más a que
denuncien este sitio, nosotros lo pasamos a la Policía Cibernética para que
procedan”, dice el agente del MP.
Pero
al consultar nuevamente al encargado de la Policía Cibernética, regresamos al
inicio: la dependencia no tiene poder para cerrar el sitio, sino para hacerle
una recomendación.
“Lamentablemente
es una zona gris, aún no hay fundamentos suficientes, pero se encuentra al responsable,
al administrador de la página, y se le exhorta a eliminar ese contenido o el
sitio completo”, explica el funcionario.
La
otra policía: redes sociales
Juan
Carlos Solís, experto en ciberseguridad y redes, asegura que en México la
legislación respecto a lo que sucede en la red está atrasada. “No existe, por
ejemplo, el derecho de eliminación como en Europa, donde tú tienes el derecho
de pedir a una compañía que elimine contenido sobre tu persona que no hayas
autorizado, y por ley lo tienen que hacer”, explica.
Solís
considera que la única solución “por ahora” es la de apelar a la comunidad.
“Hay
que interponer una denuncia porque es un paso muy importante, pero las
compañías no son obligadas a eliminar contenido como upskirt o sharking. La opción
por ahora es la de apelar a la comunidad a que comenten, a que denuncien en
Facebook o Twitter, para que la página sea bloqueada o el contenido eliminado”,
dice el experto.
Esa
fue la única opción de la periodista Andrea Noel: volcarse a Twitter a pedir
que el ataque del que fue víctima fuera compartido. Sólo así, explicó, logró
atraer la atención de las autoridades en México.
“Si
alguien reconoce a este imbécil, favor de identificarlo.Women should be able to walk
safely. #FelizDiaDeLaMujer”, escribió Noel el 8 de marzo pasado,
minutos después de haber sido víctima de sharking.
Luego
de intentar con distintas autoridades, esa fue su única opción: apelar a las
redes sociales, al trending, a lo viral.
Aunque después sufrió las consecuencias: el acoso cibernético en su contra fue
tal que tuvo que dejar el país.
La
firma internacional en ciberseguridad, International Institute of Cyber Security,
con oficinas en la Ciudad de México, ha estado al tanto de los casos de sharking.
David
Thomas, especialista de la empresa, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL que
existen medidas personales que una víctima puede tomar en contra de este tipo
de sitios.
“La
víctima debe seguir cuatro o cinco pasos: primero, guardar el sitio web que
contiene su imagen/video y anotar la dirección completa de la página; segundo,
tomar una captura de pantalla, eso servirá como evidencia en caso de que
presente una denuncia más tarde con la policía; tercero, buscar en el sitio a
reportar el enlace/sección de Reportar Abuso (Report Abuse). La víctima debe presentar
un informe en esa sección, adjuntando su foto e identificación válida. El
segundo requisito es muy importante, ya que ayuda a las empresas a verificar su
solicitud y a tomar acción inmediatamente”, explica Thomas.
El
experto agrega que de no encontrar la sección Reportar Abuso, se intente
comunicar con el sitio web a través de la sección Contacto y pedirles que
eliminen el contenido.
Del
dicho al hecho
México
ocupa el tercer lugar en el mundo en delitos cibernéticos, de acuerdo con un
informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Ante esto se creó la Policía Cibernética. Durante el anuncio oficial de dicha
dependencia, el entonces titular de la Secretaría de Seguridad Pública
capitalina, Jesús Rodríguez Almeida, anunció que este tipo de sitios podrían
ser bloqueados.
“Este
nuevo modelo podrá bloquear y cancelar todas aquellas páginas que pongan en
riesgo y promuevan la comisión de algún delito”, dijo entonces el funcionario.
Esto, según se explicó, debido al trabajo conjunto de la dependencia con la
Unidad de Investigación Cibernética de la Procuraduría capitalina.
En
2014, a un año de instaurada la dependencia, se cerraron 15 sitios, en su
mayoría fraudulentos y de pornografía infantil. En 2015, de acuerdo con el
informe anual de la policía capitalina, la Unidad de Ciberdelincuencia
Preventiva cerró 44 sitios por las mismas razones.
No
obstante, foros como VoyeurAzteca y otros sitios pornográficos no han
sido bloqueados, unos por estar fuera de México y otros por un vacío legal como
estar conformados como “foros” y no como sitios pornográficos.
Además,
de acuerdo con el funcionario de la Policía Cibernética, las denuncias por sharkingy upskirt son difíciles de definir a la hora de
saber a qué dependencia acudir.
Ambos
ataques sexuales tienen dos vertientes: el físico, en elsharking sucede cuando la mujer es atacada para
bajar sus calzoncillos; en el upskirt ocurre mientras un individuo graba por
debajo de su falda, y el cibernético, que en ambos casos sucede cuando alguien
publica videos del ataque en internet.
Para
evitar ser víctima de sharking o de upskirt, expertos
recomiendan asegurarse de que la configuración de privacidad en redes sociales
como Facebook e Instagram esté siempre activa para evitar que los contenidos
sean accesible a cualquier persona.
Ser
cuidadoso en la manera en que se comparten datos personales a través de
Facebook o WhatsApp; evitar revisar correo personal en cibercafés o con wifi
público, y estar atento en tiendas de ropa sobre cámaras ocultas.
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