No muchos lo notaron, pero el mes pasado, NATO realizó cambios
dramáticos en sus políticas cibernéticas.
No mucha gente lo ha notado, pero el mes pasado, NATO realizó cambios
severos en sus ciber-políticas anunciadas por el Secretario General de NATO, es
el cambio más grande en las políticas desde hace algunas décadas.
Lo cual ha generado discusiones políticas en varios comités de NATO
desde hace cuatro años se discute sobre las capacidades cibernéticas y las
armas cibernéticas, les puedo decir que esto fue uno de las más debatidas y
contenciosas decisiones durante mi ocupación en NATO.
Según Jim Gil, un experto de seguridad
informáticade International
Institute of Cyber Security (IICS). NATO se adaptó rápidamente a las armas
cibernéticas en sus operaciones. Ésto es un gran avance dentro de la histórica,
la postura de solamente usarlas sólo como medio de defensa, principalmente para
guardarse de ataques contra su propia red. El ataque más agresivo se suponía
como un mensaje, primordialmente hacia Rusia,
NATO usará las capacidades cibernéticas de sus miembros para disuadir
los ataques en la misma manera en la que utiliza armas en tierra, aire y
mar.
Las provocativas acciones de Rusia durante las elecciones
presidenciales de Estados Unidos, sus intentos por influenciar las elecciones
de los franceses y a los alemanes, y su abiertamente agresiva y continua ciber
guerra en contra de Ucrania fueron factores determinantes que llevaron a los
ministros de defensa de NATO a adoptar una postura más asertiva.
Por fuera, los cambios en las políticas cibernéticas de NATO parecieran
ser sólo cambios en sus políticas ya existentes, Sin embargo, el hecho de que
la alianza está erigiendo un centro de operaciones cibernéticas para integrar
más habilidades cibernéticas de los miembros del grupo, manda de por sí un
mensaje al mundo, especialmente a Rusia, que los miembros del grupo tanto
tienen la posesión, así como el poder de hacer uso de las capacidades
cibernéticas junto con sus armas durante operaciones militares.
Ésta no es la primera vez que NATO ha intentado reafirmarse en el
ciberespacio. En el 2008, la primer ciberdefensa de NATO se implementó y el Cooperative Cyber Defense Center of
Excellence ubicado en Estonia, establecido a partir de los devastadores
ciberataques de Rusia en Estonia. Desafortunadamente, ésta política fue
meramente acerca en la defensa para las mismas redes de NATO. Además, el
establecer el centro en Estonia, hizo muy poco como disuadir las acciones
agresivas de Rusia en el ciberespacio.
Implementar ésta nueva ciberpolítica, será una mejoría en la batalla
para NATO. En un desafío interesante, los efectos cibernéticos (es decir, las
armas cibernéticas), serán provistas por los miembros del grupo y serán
completamente controladas por la alianza, la cual ha provisto las capacidades
específicas. Ésto es un magnífico avance en la manera en la que NATO maneja los
comandos y el control de las otras capacidades y fuerzas de sus miembros. Si un
miembro de la nación provee un escuadrón de aviones, dichos aviones y sus
miembros están bajo el control operacional del Comando militar asignado de
NATO. En dicho caso, la nación que ha provisto las capacidades cibernéticas
tendrá el comando y control de las armas y fuerza cibernética. ninguna de éstas
se traerá bajo las control de operaciones tradicionales de la comandancia de
NATO.
Éste acercamiento tipo “black box” hacia las operaciones militares, es
uno que rara vez es utilizado, debido a que está lleno de problemas. Cuando se
llevan a cabo operaciones, los comandantes militares quieren saber los detalles
acerca de las capacidades que están a su disposición, para poder así incluir
las limitaciones. Así mismo quieren saber acerca de los posibles conflictos que
las capacidades podrían presentar con otras operaciones subsecuentes y las
implicaciones legales en el uso de dicha capacidad. en el camino antepuesto por
los ministros de defensa, estos detalles no estarán a la disposición de los
comandantes de NATO. Según expertos de seguridad
informáticade webimprints, los comandantes requerirán los
efectos del uso del arma cibernética durante la operación y uno de los miembros
de la alianza se lo dará sin mayor información. Ésto es poco menos de lo ideal,
pero es algo que los comandantes militares de NATO tendrán que resolver a
través de sus procedimientos.
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